Hay veces que parece que la vida se ensaña con nosotros, en mi caso 5 años YA. Malos momentos en los que no deja de golpearnos, nos faltan las fuerzas para seguir y nos da la sensación de que hacer las cosas bien es inútil, pues todo nos sale al revés.
Es en estos malos momentos en los que, como es lógico, flaqueamos. Puede ocurrir que, aunque intentemos no hundirnos, el intenso oleaje nos lleve hacia el interior del mar y traguemos agua, mucha agua.
Pero bueno, bien es cierto que mantenerse fuerte es tremendamente complicado y tenemos que hacernos con un buen barco para navegar, aunque el mar esté embravecido.
Hay ocasiones en las que un apoyo exterior, sea profesional o personal, es indispensable para conservar nuestra salud emocional a pesar de las palizas del día a día. Sin embargo, nadie puede ayudarnos si nosotros no nos echamos una mano desde nuestro interior con nuestros pensamientos.
«La experiencia es la maestra más dura. Primero te examina y después te enseña la lección, pero no te rindas, aún estás a tiempo de alcanzar y comenzar de nuevo, aceptar tus sombras, enterrar tus miedos, liberar el lastre, retomar el vuelo».
«Si no puedes volar entonces corre. Si no puedes correr entonces camina. Si no puedes caminar entonces arrástrate. Pero sea lo que hagas, sigue moviéndote hacia adelante».


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