Siempre me ha gustado la filosofía oriental, y dado el ambiente laboral que estoy experimentando últimamente, me gustaría puntualizar varias cosas. Primero diré que en la filosofía oriental, se valora mucho la armonía y la claridad en la comunicación, especialmente en contextos jerárquicos como el militar. La idea de que si un general da una mala orden y no se entiende bien, la culpa recae en el general, se alinea con la noción de responsabilidad y liderazgo. En culturas como la china, por ejemplo, se espera que los líderes sean claros y precisos en sus instrucciones y que asuman la responsabilidad por las consecuencias de sus órdenes.
Esta perspectiva se puede relacionar con el confucianismo, que enfatiza la importancia de las relaciones jerárquicas y el deber de cada individuo dentro de una estructura social. Según esta filosofía, un líder debe ser virtuoso y sabio, y es su responsabilidad asegurarse de que sus subordinados comprendan sus intenciones y órdenes correctamente. Si hay un fallo en la comunicación, es el líder quien debe rectificar y asumir la responsabilidad, ya que tiene la autoridad y el poder para guiar y educar.
Este concepto también se refleja en la filosofía del taoísmo, que aboga por vivir en armonía con el Tao, o el camino natural de las cosas. Un líder que no comunica efectivamente está en desacuerdo con el Tao y, por lo tanto, es responsable de los malentendidos que puedan surgir.
En resumen, la filosofía oriental tiende a enfocarse en la responsabilidad del líder de proporcionar dirección clara y justa, y en la importancia de la comprensión mutua dentro de la jerarquía.
En segundo lugar, mencionar la idea de que la forma en que los demás nos tratan puede influir en nuestra autoimagen y comportamiento. Si las personas nos tratan con respeto y nos atribuyen cualidades fuertes y valientes, como las de un león, es posible que nos sintamos empoderados y actuemos con confianza. Por otro lado, si nos tratan de manera dócil o sumisa, como un cordero, podríamos adoptar una actitud más pasiva o dependiente.
La psicología social sugiere que las expectativas de los demás pueden tener un efecto profundo en nuestro rendimiento y actitudes, un fenómeno conocido como el efecto Pigmalión. Resaltar así, la importancia de cómo el entorno social y el trato que recibimos pueden moldear nuestra personalidad y acciones.
Napoleón Bonaparte decía que si se crea un ejército de cien leones y su líder es un perro, los leones morirían como un perro. Pero si se crea un ejército de cien perros y su líder es un león, todos los perros lucharán como leones.
En tercer lugar, pienso que la desmotivación en el trabajo puede deberse a una variedad de factores, y encontrar una solución suele requerir un enfoque multifacético. Tenemos que fomentar un ambiente donde los empleados se sientan cómodos compartiendo sus preocupaciones y sugerencias con una comunicación abierta. Asegurarse de que el trabajo duro y los logros sean reconocidos y valorados con reconocimiento y apreciación. Ofrecer oportunidades para el crecimiento profesional y personal, como capacitaciones o cursos como forma de desarrollo profesional. Crear un espacio de trabajo que sea seguro y acogedor, un entorno de trabajo positivo. Y promover políticas que permitan a los empleados equilibrar su vida laboral y personal.
Es importante también identificar las causas específicas de la desmotivación en el lugar de trabajo y abordarlas directamente. A veces, una encuesta anónima puede ayudar a entender mejor las inquietudes del equipo.
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