Los trenes tienen una similitud con la vida, se montan y bajan muchas personas y siguen diferentes vías, algunos trenes solo pasan una vez. Así es la vida, conocemos a muchas personas, seguimos diferentes caminos y algunas oportunidades solo se presentan una vez.
La toma de decisiones es un proceso que atravesamos las personas cuando debemos elegir entre distintas opciones. Diariamente cada individuo está ante situaciones en las que debe optar por algo, y esa decisión no siempre resulta simple. El proceso de la toma de decisiones se activa cuando se presentan conflictos en diversos ámbitos de la vida a los que hay que encontrarles la mejor solución posible.
Una vez hemos dado el paso la suerte está echada y cuando sale mal hay muchas formas de responder. Podemos hacer atribuciones externas o internas, podemos culpar al karma o a la mala suerte. La cuestión es que mentalmente entramos en bucle y nos quedamos estancados en el lugar que cerca el lamento por la oportunidad perdida.
Después de perder una oportunidad, el siguiente paso es asumir la responsabilidad individual de nuestra decisión, tener la suficiente capacidad de análisis y saber tolerar las emociones negativas que resulten de la elección. Las personas de nuestro alrededor podrán opinar y decir lo que piensen al respecto, incluso estarán en su derecho de darnos su opinión, PERO NO DE JUZGARNOS.
Todos perdemos trenes, a veces porque elegimos otros, otras veces porque nos entretenemos y no llegamos a tiempo, porque nos tropezamos al subir o porque estábamos dormidos cuando pasaron, ya de madrugada. Sin embargo, lo importante como hemos visto no es el tren que se marcha, sino aquello que se queda con nosotros una vez que ha partido y lo que hacemos después con ello.
La toma decisiones es una de las habilidades más útiles en la vida; una decisión buena o mala en un momento importante puede resultar clave para obtener unos resultados u otros.
¡ERES EL CREADOR DE TU DESTINO!
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