Quizá la sabiduría y la felicidad son como ganar una medalla en las Olimpiadas. No importa si ganaste una hace cien años o hace 10 minutos, o si la ganaste en una disciplina o en varias. Tampoco importa si más adelante alguien bate tu récord o si nunca vuelves a competir. Siempre serás medallista olímpico y sabrás lo que eso significa. Nadie te lo puede quitar, sería imposible volver a experimentar una sensación semejante.
Cierta persona superó con éxito una depresión aguda, reflexionó sobre su decisión de tomar antidepresivos: lo hizo porque quería saber como era la verdadera felicidad. Cuando la experimentó, dejó de tomarlos. Ya podía continuar experimentando dificultades, como todos. Conoció el ideal y eso fue suficiente.
Tal vez hoy será el día en el que experimentaremos felicidad o sabiduría. No intentes aferrarte a ese momento con todas tus fuerzas. No controlas su duración. Disfrútalo, reconócelo y recuérdalo. Experimentarlo un momento es lo mismo que tenerlo para siempre.
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