Sueño bifásico: dormir en dos tandas también es dormir bien.
Si trabajas a deshoras, haces turnos rotativos o simplemente tu agenda no te deja pegar ojo como “manda el manual” (7-8 horas de un tirón), no te preocupes: no eres raro ni estás condenado a vivir con sueño eterno. Existe una forma de organizar el descanso que puede encajar contigo: el sueño bifásico.
NAPOLEÓN NO BUSCABA EN EL SUEÑO UN REFUGIO, SINO UN ARMA: LO PARTÍA EN DOS, BREVE PARA EL CUERPO Y OPORTUNO PARA LA MENTE. ASÍ TAMBIÉN TÚ: NO MIDAS TU DESCANSO POR SU DURACIÓN... SINO POR LA FUERZA CON QUE TE LEVANTAS A LA ACCIÓN.
¿Qué es eso del sueño bifásico?
Básicamente es dividir tus horas de sueño en dos partes: Un bloque principal (de 4 a 6 horas, normalmente de noche o madrugada). Una siesta “vitamina” (de 20 a 90 minutos) en el día para completar el descanso. En vez de intentar encajar todas tus horas de sueño en una sola tanda (algo que no siempre es posible), lo repartes de forma estratégica. No es nada nuevo: antes se dormía así.
Aunque hoy lo normal es dormir de corrido, no siempre fue así. En la Edad Media, la gente tenía un “primer sueño”, luego se levantaba un rato en la madrugada (para rezar, leer o charlar) y después volvía a dormir el “segundo sueño”. Y en países como España o México, la siesta es parte de la cultura. O sea, dormir en dos fases no es invento moderno: más bien estamos regresando a lo natural.
Ventajas de dormir en dos bloques.
- Más energía: esa siesta bien colocada es como un reset para tu cerebro.
- Rendimiento extra: mejora la concentración y la memoria.
- Se adapta a tus horarios: ideal si no puedes dormir de corrido por el trabajo.
- Menos somnolencia: evitas esos bajones pesados de media tarde.
Cosas a tener en cuenta.
No todo es perfecto, claro: Puede que tu horario no coincida con el de los demás (adiós a algunas salidas sociales). Si te saltas la siesta, te faltarán horas de sueño. Los primeros días el cuerpo tarda un poco en acostumbrarse.
Tips para aplicar el sueño bifásico sin volverte loco.
1. Sé constante: intenta que tu bloque principal tenga siempre un horario fijo.
2. Cuida tu siesta: que no sea ni muy corta ni tan larga.
3. Ambiente ideal: oscurece la habitación, usa tapones o antifaz si lo necesitas.
4. Rutina previa: nada de pantallas brillantes o café antes de dormir.
5. Escucha tu cuerpo: ajusta la duración según cómo te sientas.
En resumen: Si tu trabajo no te deja dormir como todo el mundo, el sueño bifásico puede ser tu mejor aliado. No es dormir menos, es dormir diferente. Y mientras respetes tus horas totales de descanso, tu cuerpo y tu mente lo agradecerán.
DIVIDE TU SUEÑO COMO DIVIDES TU JORNADA:
QUE UNA PARTE DEVUELVA VIGOR AL CUERPO Y LA OTRA PREPARE EL ESPÍRITU PARA LA VIGILIA.
NO BUSQUES DORMIR MÁS... SINO CONSCIENTEMENTE.


No hay comentarios:
Publicar un comentario