Como dice Hamlet:
Hay más cosas en el cielo y en la tierra, HORACIO, que las soñadas por tu filosofía.
No hay tiempo para comprobar, mediante la lógica, si nuestras teorías son correctas. Vivimos en el mundo real. Lo que importa es cómo solucionar una situación y si podrás superarla para pasar a la siguiente. Esto no quiere decir que todo valga, pero no podemos olvidar que, aunque las teorías sean sencillas y directas, las situaciones rara vez lo son.
HAZ QUE LAS PALABRAS TE PERTENEZCAN.
A los verdaderos filósofos no les preocupaba la autoría, únicamente se preocupaban de lo que funcionaba.
Hoy en día eso sigue vigente. Eres libre de tomar las palabras de los grandes filósofos y usarlas a tu gusto (están muertos, no les importa). Eres libre de de retocarlas, editarlas y mejorarlas como quieras. Adáptalas a las condiciones actuales del mundo real. La única forma de demostrar que comprendes de verdad lo que dices y escribes, que eres original, es ponerlas en práctica. PREDICA CON TUS ACTOS, MÁS QUE CON CUALQUIER OTRA COSA.
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